En la Ciudad de México hay algunas colonias que en la última década se han puesto muy de moda empezando por Polanco, seguido por Condesa y Roma, donde todos los días observamos nuevos restaurantes, comercios y edificios residenciales. Esto ha generado que otras zonas secundarias que antes pasaban desapercibidas empiecen a desarollarse de forma muy interesante con precios más accesibles. Tal es el caso de la colonia Juárez de la cual ya hemos hecho reseñas de restaurantes, otra de estas colonias que al aparecer esta teniendo un importante desarollo es Santa María la Ribera, que tiene un gran valor histórico y arquitectónico gracias a sus emblemáticos edificios que hoy en día se han convertido en importantes atracciones turísticas.
Recientemente dicha colonia ha visto un crecimiento en el número de habitantes extranjeros en sus calles y aperturas de restaurantes, cafés y comercios. Santa María la Ribera está viviendo un auge. En mi afán por conocer nuevos y diferentes rincones en la Ciudad de México, decidí pasar una tarde por esta colonia para descubrir lo que ofrece.
Muchos de ustedes se preguntarán dónde se encuentra esta colonia, debo confesar que yo tampoco sabía, a pesar de que soy chilanga…. ¡qué pena! Por ello empezaré diciendo que Santa María la Ribera está entre Circuito Interior e Insurgentes, desde San Cosme hacia el norte justo adelante de la colonia San Rafael.
Les dejo una guía de qué visitar y dónde comer si buscan pasar el día en Santa María la Ribera.
Visita el kiosco morisco
Al llegar a la colonia les recomiendo empezar el recorrido en la Alameda de Santa María La Ribera. Este lugar fue el primer jardín público que se hizo fuera de los límites del Centro Histórico. Sus senderos se acompañan de cuatro fuentes octagonales de azulejos. En 1910 al centro de dicho lugar, se colocó el kiosco morisco diseñado por el ingeniero José Ramón Ibarrola para ser el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 y en la Feria de San Luis Missouri en 1902. Esta estructura se llama así porque se asemeja a la arquitectura mora, cuenta con una variedad de columnas y arcos para sujetarlo y tiene una decoración muy detallada con filigrana. ¡Es tan impresionante que sientes que estás viendo un templo en algún país oriental! Por ello se ha vuelto el símbolo distintivo de toda la colonia. En tu visita al kiosco, botanea con unos chicharrones o una papas de carrito preparadas con chile y limón ¡deliciosas!
Come en María Ciento 38
Si organizas tu visita cerca de la hora de la comida, camina una cuadra hacia María Ciento 38 ¡créeme que no te arrepentirás! Este restaurante se encuentra en el patio de una casona de 1860, dicen los rumores que la construyó un general de la época. La casa estaba abandonada y Cristina Cialona de origen italiano, quien es arquitecta junto con su esposo Mario Llaca, quien se dedica a promover arte, la remodelaron usando materiales reciclados. Al inicio la casa iba ser su oficina, con una pequeña galería con los cuadros de Mario y algunas piezas de muebles que restaura Cristina. Pero poco después se dieron cuenta que el patio era ideal para poner un restaurante, en donde se rindiera homenaje a las recetas de doña Antonietta (mamá de Cristina). Es así como nació María Ciento 38 hace diez meses. Nos cuenta Cristina que decidieron en ese nombre ya que su segundo nombre es María y querían incluir el número de la calle para que la gente ubicará como llegar.
Al ingresar al lugar debes cruzar un pequeño pasillo con tierra rodeado de plantas, te recuerda al hermoso patio de Huset en la Roma ¡no creerás que este espacio existe en dicha colonia! María Ciento 38 es el escenario ideal para degustar platillos clásicos sicilianos como la caponata de berenjena y el cannoli, algo que no encuentras con facilidad en la Ciudad de México.
La chef doña Antonietta viene de una familia con siete hermanos, su madre falleció muy joven y desde temprana edad tuvo que aprender a cocinar, algo que ha dominado a través de los años. En Maria Ciento 38 podrás probar una variedad de platillos italianos, desde los más tradicionales como la pizza margarita y la burrata hasta combinaciones únicas que nunca has probado. Mi sugerencia es aventurarse por lo nuevo, empieza con la caponatta un encurtido de berenjena hecho en casa con aceitunas, alcaparras, cebolla y apio y los calamari fritti marinados en ajo. En cuanto a los platos fuertes, un must es el spaghetti siciliano pasta larga con pesto crudo, pomodoro, ajo y albahaca espolvoreado con almendra tostada y parmesano al gusto. Como la salsa es cruda el sabor es muy distinto a la de un pesto cocinado. La lasagna de carne o berenjena es otro platillo imperdible, la de carne viene con ragú de carne sin ser trozos como tal, por lo que tiene un sabor muy sútil y sobresale la pasta hecha en casa. No te olvides de preguntar por los especiales del día, cuando visité el lugar había un risotto con hongos que estaba ¡espectacular! Aunque te fascinen los platillos, no te llenes de más porque debes probar los postres al final de tu comida. En especial el panna cotta con fruta de la estación, el tiramisú o el panque de limón.
Si prefieres visitar la colonia por la mañana, María Ciento 38 acaba de estrenar un brunch los fines de semana donde los comensales pueden gozar de platillos como el pan francés, fritata de coliflor y panini de huevo bechamel parmesana. Al salir no se olviden pasar a la nueva panadería para comprar pan dulce, postres y otros productos italianos.
*Aunque mi recomendación sería ir a comer, si prefieres visitar el lugar para cenar, mi sugerencia es reservar para asegurar una mesa, porque el restaurante se llena.
Conoce el museo de geología
Después de comer, aprovechando que estás por la zona camina hacia el Museo de Geología de la UNAM. A pesar de que este recinto alberga la colección geológica más importante de México, lo que más vale la pena es observar el grandioso edificio porfiriano. El inmueble está construido de cantera del Estado de México. Al entrar observarás los pisos de mosaico y la majestuosa escalinata estilo Art Nouveau, ¡una cosa impresionante! En la sala principal verás la reconstrucción de un esqueleto fósil de un mamut, considerando un emblema del museo.
2 Comments
María Elena Maldonado
Excelentes sugerencias, sólo me falta conocer María ciento 38. Muy bien que promuevas estos lugares. El museo de geología y el kiosko son una maravilla. Te falto el Museo del Chopo.
Michelleonbell
¡Muchas gracias por tus comentarios María Elena!
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