Si te consideras amante del helado, seguramente conoces y has probado Joe Gelato, una gelateria en la colonia Juárez y la única en México con la distinción de “Certificato di Eccellenza Gelato Naturale” una distinción otorgada en Italia que reconoce la calidad del postre. Este es un rincón que a lo largo de los dos años que lleva abierto se ha convertido en una parada obligada para los que disfrutamos sus delicias heladas gracias a sus originales creaciones de sabores como aceite de oliva, pinole de maíz azul o cacao.
Joe Gelato como muchas empresas y pequeños negocios gastronómicos se la han visto negras en fechas recientes debido a la situación actual. Para entender más a fondo lo que está pasando y cómo están sobreviviendo, platicamos con José Luis Cervantes el genio detrás de estos gelatos.
¿Qué significa ser una pequeña empresa tratando de sobrevivir esta epidemia?
Joe ha tenido que reducir su planta laboral de tres empleados a solo el dueño. Lo que solía ser una heladería tradicional en la cuál tenía una mezcla de clientes tanto de vecinos como de otras zonas de la capital que iban a probar los helados los fines de semana, se ha convertido en un negocio de delivery de helados a domicilio. Algo que nunca quiso hacer, pero como nos platica, “si no cambias la estructura y sigues haciendo lo mismo que estabas haciendo antes, te vas a morir”.
Parte del encantó de este local es que cambia el menú de sabores de gelato aproximadamente cada 3 días acordé a los ingredientes de temporada. Esto se le ha dificultado enormemente porque muchos productos están agotados, otros se encarecieron como es la azúcar y el aceite de oliva o de plano algunos se vieron muy afectados con la situación como los lácteos o ciertas frutas. Uno de sus sabores estrella es el sorbete de cacao que le ha costado mucho poder preparar porque trae el cacao de Tabasco.
Dada la situación, Joe ha tenido que innovar para seguir a flote, por ello ha hecho alianzas con distintas compañías uniendo fuerzas para incrementar las ventas de sus productos como: incluyendo los gelatos en los huacales de frutas y verduras que vende Tierra Adentro, vendiendo los gelatos en la tienda gourmet Catamundi, incluyendo el sorbete de guayaba en un coctel llamado La Morena que vende Limantour a domicilio e inclusive yendo un paso más allá y colaborando con chefs reposteros como Mao Montiel de Dolcenero para crear un pastel de chocolate que los comensales pueden terminar de decorar en casa.
Con todo y esto, sus ingresos se han reducido a una treinta porciento de lo que solía vender ya que gran parte de su negocio era surtirle gelatos directamente a los restaurantes lo cuál obviamente en este momento está parado, además de que ha sido prácticamente imposible cobrar las cuentas pendientes porqué lógicamente los mismos restaurantes están sin flujo. Por ahora su casero se ha visto empático y le descontó un porcentaje de la renta del mes de abril, pero no sabe que va pasar en los próximos meses.
La pregunta preocupante es ¿durarán los pequeños negocios hasta el fin del a cuarentena? y si lo hacen, ¿podrán sobrevivir la “nueva normalidad”?
Recordemos que estos pequeños negocios y locales son esenciales para las distintas colonias de la Ciudad de México. Lugares que crean comunidad, dónde se forjan relaciones y definen los diferentes barrios de la capital. ¿Qué va a pasar si estos comercios que tanto gozábamos empiezan a cerrar? No queremos que nuestros vecindarios pierdan su propia identidad, por eso es importante hacer conciencia y apoyarlos.