Cuando visito un país por primera vez, una de mis actividades preferidas es conocer la gastronomía local y de esta forma entender la cultura de ese país. Lo ideal es probar la comida que puedes encontrar en las esquinas o en puestos en las calles, esta comida mejor conocida como «street food».
En la Ciudad de México, uno de los postres que encuentras a menudo en las esquinas son los churros, hechos con masa de harina que luego introduces en lo que se conoce como churrera extruyendolos logrando el tamaño y forma deseada, para luego freírlos y espolvorearlos con azúcar y canela.
Una de las churrerías mas famosas en la Ciudad de México es el Moro. Fundada por don Francisco Iriarte, quién llego a México del País Vasco, España y comenzó con un carrito de churros en el zócalo capitalino en 1933 . Al ir adquiriendo popularidad, en 1935 logró adquirir el local número 42, en la entonces calle San Juan de Letrán en el Centro Histórico. El nombre viene del «moro» un árabe que vendía churros de pueblo en pueblo durante las fiestas en España.
Desde un inicio ofrecía churros, chocolates y café, utilizando las recetas familiares al estilo español pero adaptándolas a los ingredientes mexicanos. Aunque don Francisco, el fundador murió a una temprana edad, sus hermanos llegaron a México para encargarse del negocio y así fue como ha paso de generación en generación durante los últimos ochenta años.
Actualmente, Santiago, nieto de don Francisco está al mando de la churrería. Con sus inovaciones el negocio familiar ya cuenta con un un giro más moderno. Desde que Santiago se encuentra al frente, ha abierto tres sucursales en diferentes zonas de la ciudad y seguirán expandiendo el negocio; conviertiéndo al Moro en una parada obligatoria para todos los amantes de churros en la Ciudad de México. Hoy en día, El Moro cuenta con cuatro sucursales en el Centro Historico, en el Mercado Roma, en el Palacio de Hierro de Polanco y el más reciente en Río Lerma.
Durante el proceso de expansión como marca, contrataron a Cadena y Asociados quienes cuentan con una vasta experiencia en proyectos de comida incluyendo Cielito Querido Café, La Lech,e en Puerto Vallarta y Taquería la Negra, en la colonia Roma. Fueron los encargados en cambiar el branding de la marca, diseñaron un nuevo logotipo y modernizaron la decoración de los locales con azulejos azules y blancos en las paredes, creando un espacio súper armonioso que invita a los comensales a disfrutar los platillos del lugar. Visualmente las sucursales son una belleza, tan es así que ganaron Best Interiors of Latin America & the Caribbean en la categoría de Restaurante y están nominados para los Restaurant & Bar Design Awards.
En cuanto a la comida y bebidas que ofrecen, si buscas algo salado no te puedes perder la torta de pierna con mole. Si vas por los postres, mis favoritos son los tradicionales churros con dip de cajeta, o los consuelos un sandwich de mini rosca de churro con helado. Acompaña tu churro con un chocolate mexicano, o bien con el fránces que lleva un toque de canela.
Churrería El Moro se ha vuelto el lugar favorito para convivir en familia, con mucha tradición, donde los abuelos llevan a sus nietos para recordar su infancia en las calles de esta ciudad. ¡Para los vecinos de la Roma, ya pueden gozar de los churros y un buen chocolate caliente en está colonia! Para los internacionales, no se sorprendan cuando vean una sucursal de el Moro en Dubai o algún otro país oriental, ya que la marca está tomando mucha fuerza.
